Los años 80 suelen recordarse en el rock por las melenas cardadas, el maquillaje y todo el glamour que puso la escena de Los Ángeles en aquel explosivo coctel. Si miramos a los instrumentos, más concretamente a los de seis cuerdas, el colorido también contagió las curvadas formas de modelos superstrato que se imponían entre los populares guitar heroes de la época.
Pero desde la escena angelina más underground (leyendo su biografía se puede constatar lo muy, muy underground que pudo ser) iba a surgir la figura de un guitarrista que pronto sería famoso por un póker de motivos más allá del curioso apelativo de Saul Hudson, Slash: El sombrero de copa, su rizada melena negra, una forma de tocar que rompía con todo lo conocido… y una Gibson Les Paul en sus manos.
Aquella guitarra “antigua”, pasada de moda, setentera… de repente estaba en manos del guitarrista con más carisma del momento, que formaba parte de “la banda más peligrosa” que se recuerda, Guns N’ Roses. Su legado, tanto en la forma de tocar como en la elección de sus instrumentos es ya inmortal.
Un repaso a la trayectoria guitarrera de Slash
Dos guitarras han marcado el camino de Slash hasta nuestros días. Por un lado está su icónica imagen con un a Les Paul colgada. Aquel camino comienza con su primera guitarra, una réplica del modelo Gibson de la marca Memphis que acompañaría los primeros años de su aprendizaje y marcaría el camino a seguir.
Pero antes de que llegaran las primeras Gibson, las replicas de Kris Derrig o Max Baranet, las manos de Slash pasaron por modelos como las BC Rich Mockingbird o Warlock, una rompedora imagen para alguien tan asociado al sinuoso perfil Les Paul, que ha llegado a nuestros días en momentos puntuales de sus actuaciones. Algo parecido pasa con la Gibson EDS1275, la SG de doble mástil, o algunos modelos Firebird con los que también se le recuerda en escena y en algunos videoclips.
Otras guitarras que han visitado los dedos del guitarrista o han formado parte de su colección han sido las Gibson Flying V y Explorer, de 1958 y 1959 respectivamente, que llegaron en la época ‘Use Your Illusion’; un par de Travis Bean TB1000 a principios de los 90; la combinación acústica-eléctrica que le fabricó Guild a su gusto, o la ES335 que llegó en la época de Velvet Revolver.
Las guitarras que hoy nos llevan al sonido de Slash
Empezando como casi siempre por las guitarras con las que algunos solo podemos soñar, la posibilidad de acercarte a una tienda que tenga disponible para probar una Gibson Les Paul Slash Standard no se debe dejar pasar. 
Cuerpo de caoba y tapa de arce flameado triple A con las características humbucker zebra, “SlashBucker”. Crema en las manos de cualquier guitarrista de rock.
También los guitarristas acústicos tienen su modelo Slash, la Gibson Slash J45, una belleza de selectas maderas para unos pocos elegidos, cuyo precio lleva a recomendar al gran público acercarse mejor a sus hermanas G45 Studio o como mucho a la J45 Studio, que no nos defraudarán.
De vuelta a la electricidad, un paso más abajo, aunque todavía volemos alto, encontramos la Gibson Les Paul Classic, con características similares, la calidad Gibson made in USA acostumbrada, con pastillas Burstbucker 61R y 62R y sus controles adicionales para coil tap y bypass/fase. Toques el estilo que toques esta guitarra se adaptará a la perfección.
Sin salir del espíritu de nuestro protagonista encontramos la Gibson Les Paul Studio. Todo un canon de la guitarra eléctrica. Se mantiene la madera de caoba en cuerpo y mástil, cosa que cambia en modelos ya de menor rango de precio, y a su vez encontramos la pegada de la pareja 490R y 498T como micrófonos, frente a la menor personalidad que pueden dar las 490 en ambas posiciones que encontramos en escalones inferiores.
Hablando de pastillas no podemos olvidarnos de mencionar que otra buena opción para alcanzar ese sonido que buscamos puede ser optar por el upgrade de pastillas con las Seymour Duncan APH-2S Slash Alnico II, que están disponibles en todos los acabados que puedas necesitar, incluyendo por supupesto el característico look zebra. Pastillas que en un mueble decente te pedirán estrujar bien las válvulas de tu amplificador.
Una recomendación más personal sería la Gibson Les Paul Special Tribute P90, modelo algo alejado de los estándares (nunca mejor dicho) de Slash, pero los que hemos conocido las bondades de estas pastillas sabemos lo mucho que le pueden dar a tu sonido en cuanto a carácter ante cualquier exigencia que le propongas.
Una oportunidad única para los fans del guitarrista del sombrero la encontramos en la Epiphone Slash Firebird, una edición limitada a 900 unidades en todo el mundo. Caoba y tapa de arce triple A para una guitarra que monta pastillas Alnico II de Seymour Duncan especialmente diseñadas para la ocasión. Un precio no tan alto si pensamos en lo limitado de este modelo.
Las opciones Slash más económicas
Los guitarristas que hayan comenzado su camino embaucados por el sonido y la imagen de Slash encontrarán varias opciones para hacerse de un golpe con todo el equipo necesario junto a la más que decente Epiphone AFD Special-II (caoba y arce triple A junto a humbuckers cerámicas) o al amplificador Epiphone Slash Snakepit, tus primeros 15 vatios para martirizar a tus vecinos.
No podemos pasar por alto maravillas rockeras como la Epiphone Les Paul Standard 60s, con todas las características que esperarías de una Gibson, desde las maderas hasta el delicioso binding en crema junto a las potentes probucker2/3 (por menos de la mitad de precio de sus hermanas mayores); 
ni la más “slasher” Epiphone Les Paul Classic, que por menos de 500€ (al momento de escribir este texto) nos da todo lo que busca un fan de Slash, incluidas las más rockeras Alnico Custom Pro.
El primer paso que podemos incluir como recomendación para seguir los pasos de nuestro rizado amigo sería la Epiphone Les Paul Studio, que por un par de cientos ya nos ofrece caoba en cuerpo y mástil y las pastillas Epiphone 650R y 700T (zebra, por supuesto, que estamos “Slasheando”) para dar un extra de fuerza a los primeros pasos de cualquier joven (o no tan joven) guitarrista.
¿Qué tenemos los fans zurdos de Slash?
Como no podía ser de otra forma, los compañeros zurdos también cuentan con sus modelos Slash, con las mismas exquisiteces que sus hermanas diestras. Comenzando por la deliciosa y casi inalcanzable para el gran público Gibson Les Paul Slash Standard, las mejores opciones serían: 
Epiphone Les Paul Standard 50s
Epiphone Les Paul Standard 60s
Amplificadores y efectos de Slash
Marshall es el gran nombre al que tenemos que acudir si pensamos en el final de la cadena de sonido de Slash. El camino comenzó con el 1959T Superlead en la época de ‘Appetite For Destruction’ (del que actualmente tenemos esta opción), y no tardaría en llegar el conocido JCM800.
Posteriormente llegaría un modelo como el JCM2555SL hecho a la medida del guitarrista de GNR (una gran opción es el precioso 2555X Silver Jubilee) y el AFD100 con el que se buscó la nostalgia del sonido de ‘Appetite’. Para entrar en el mundo Marshall hacia el sonido Slash podríamos hacerlo con un DSL5R (ya un gran valvular con dos canales y el sonido clásico, 5w y altavoz de 10″) o el hermano menor DSL1CR, quedando el primer paso más económico en el MG15GFX (aunque por un poco más yo iría a por el MG30GFX que ofrece un altavoz mayor), que han encontrado tantos detractores como seguidores. Es cierto que hay otras opciones por ese precio… pero ninguna es Marshall.
En cuanto a los pedales también encontramos modelos propios de Slash, como el Fuzz MXR Slash Octave Fuzz y el Dunlop SC95 Slash Cry Baby Wah, que podrían ser los esenciales a simple vista para llegar a nuestra meta. Otras opciones para inyectar más potencia pueden ser el brutal MXR M173 Silicon Fuzz Classic 108 o los más económicos Electro Harmonix Big Muff o en un primer paso un Behriger SuperFuzz, y para el wah el Dunlop Cry Baby estándar.